Las retamas son el termómetro de la Isla, si intuyen que las intenciones
de alguien son sospechosamente destructivas, le ponen la zancadilla al primer
descuido. La Isla en el mapa es muy pequeña, pero cuando entras en ella las
dimensiones se agrandan y los límites se vuelven invisibles. La Punta del Timón
es la que la guía a través de los
laberintos de caños que forman la desembocadura del río Anadiagua. En una
casita blanca de adobe vive el tío Timoné con su familia y es el encargado de
la vigilancia del timón de la Isla. Su responsabilidad es tan importante que se
enorgullece de no conocer los síntomas del sueño y por su protectora
perseverancia, los habitantes de la Isla le ofrecen canastos de papas y sacos de
harina. El, a cambio, endulza las visitas con el arte de contar cuentos.
Eladio
Orta
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