Una lucecita en la oscuridad

Ana María Matute Asenjo

EL NIÑO AL QUE SE LE MURIÓ EL AMIGO

Una mañana se levantó y fue a buscar al amigo, al otro lado de la valla. Pero el amigo no estaba, y, cuando volvió, le dijo la madre:

-El amigo se murió.
 
-Niño, no pienses más en él y busca otros para jugar.

El niño se sentó en el quicio de la puerta, con la cara entre las manos y los codos en las rodillas. «Él volverá», pensó. Porque no podía ser que allí estuviesen las canicas, el camión y la pistola de hojalata, y el reloj aquel que ya no andaba, y el amigo no viniese a buscarlos. Vino la noche, con una estrella muy grande, y el niño no quería entrar a cenar.

-Entra, niño, que llega el frío -dijo la madre.

Pero, en lugar de entrar, el niño se levantó del quicio y se fue en busca del amigo, con las canicas, el camión, la pistola de hojalata y el reloj que no andaba. Al llegar a la cerca, la voz del amigo no le llamó, ni le oyó en el árbol, ni en el pozo. Pasó buscándole toda la noche. Y fue una larga noche casi blanca, que le llenó de polvo el traje y los zapatos. Cuando llegó el sol, el niño, que tenía sueño y sed, estiró los brazos y pensó: «Qué tontos y pequeños son esos juguetes. Y ese reloj que no anda, no sirve para nada». Lo tiró todo al pozo, y volvió a la casa, con mucha hambre. La madre le abrió la puerta, y dijo: «Cuánto ha crecido este niño, Dios mío, cuánto ha crecido». Y le compró un traje de hombre, porque el que llevaba le venía muy corto.

FIN
26/07/1925
25/06/2014

¡Vuelve a casa, vuelve, vuelve a tu hogar!

Era un miércoles soleado,

más o menos a la hora del recreo,
los periódicos hablaban de agitación social.
 Alguien me tomó de la pasta,
entregó su carné de usuario,
y me guardó en su mochila.
Han pasado casi dos años,
casi había perdido la esperanza,
de volver junto a mis compañeros.
Pero hoy por fin he vuelto,
he ocupado mi puesto entre los míos,
y espero un nuevo viaje.


Devolviendo los libros, pero ¡YA!

Así se hace pequeño

Más que simple era la idea
Y se está convirtiendo en odisea
Pondremos todo nuestro empeño
Para cumplir nuestro sueño
Sin acabar en pelea



Otras mil, gracias

Aunque en ocasiones, nos sintamos un poco solos...

...siempre es gratificante, saber...
...que hay un "montón" de gente detrás.

Príncipe de las Letras

John Banville

Irlandés
El jurado destaca:
"Su inteligente, honda y original creación novelesca"
Este será, más que probablemente,
el último Príncipe de Asturias de las Letras